Siéntese cómodamente.
Respira profundamente varias veces.
Tus pies tocan el suelo, y a través de ellos salen raíces hacia la tierra y
penetran en el cuerpo de Gaia.
Estas raíces se extienden; son muchas, y Gaia siente inmediatamente cada una de ellas
y las lleva a su corazón.
Al corazón de Gaia.
Cada raíz toca el corazón del planeta.
La Luz contenida allí, dentro de este gran corazón de cristal, comienza a elevarse a través de sus raíces.
Llega hasta tus pies.
Y sube por tus piernas, llenando tus piernas; tu cuerpo; tus brazos; tu cuello y tu cabeza.
Siente cómo la energía de Gaia se apodera de tu cuerpo.
Llenándote de Luz y Amor.
Tu cuerpo resplandece.
La energía de Gaia va más allá de tu piel.
Y en este momento, te conviertes en una Pelota de Luz.
Siente esta energía,
Siente el Amor de Gaia llenando tu cuerpo;
trayéndote equilibrio, enraizamiento, prosperidad.
Ahora mismo, piensa en algo
que deseas mucho en este momento.
Esta petición será llevada al seno de la Tierra.
Y si te conviene a ti y a tu camino, lo recibirás.
Abre los brazos.
Siente toda la energía de Gaia,
aumentando la circunferencia a tu alrededor.
Siente tu gran cuerpo.
Parece que flotas.
Parece como si estuvieras en el espacio, flotando junto con Gaia.
Sí, en este momento ves las estrellas, ves el Sol.
Giras junto con el planeta.
Esta es la libertad de Gaia.
Siente todo el Amor que ella tiene por ti y por la humanidad.
Puedes bajar los brazos.
Y vuelves a la tierra.
De vuelta a donde estabas.
Pero con la certeza de una inmensa energía en tu cuerpo,
de Amor y de Luz.
rae una semilla a tu mente;
cualquier semilla que quieras,
Busca una maceta,
Y plántala.
Esa semilla ha sido plantada, ahora mismo.
Y germinará.
Puede que la veas crecer de vez en cuando.
Porque Gaia te mostrará cómo se está desarrollando.
Créeme, estás plantando.
Y ahora mismo, tu cosecha en el futuro,
será hermosa y armoniosa,
igual que este momento en el que estás ahora.
Esta planta representa un vínculo entre tú y Gaia.
No tienes que plantarla físicamente.
Gaia siempre sabrá que es tuya.
Tiene tu energía.
Y le ayudará a crecer
y convertirse en lo que pensabas que sería.
Así que, de vez en cuando, si ves crecer un vegetal,
recuerda lo que plantaste.
Pero si no ves nada, no te preocupes;
Gaia lo cuidará por ti.
Y un día, cuando menos te lo esperes,
lo verás grande y hermoso.
¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Cómo? No importa, lo verás.
Créelo.
En este momento, toda la energía de tu cuerpo se disipará.
Y comenzarás a volver a tu conciencia.
Respira profundamente.
Y que sepas que Gaia siempre será esa amiga con la que puedes conectar y pedir ayuda.
Hazlo siempre que lo necesites.
Vuelve a respirar profundamente.
Sigue abriendo los ojos y volviendo a tu consciencia.
Traducción: Ana Maria Souza
Revisión: Regiani M. Bugalho