¡Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra! ¡YO SOY HILARION!
Espero que cada uno de ustedes esté usando la bola de Luz Verde que dejé con ustedes la última vez. No piensen que todo esto es débil o sin sentido. Todo tiene un propósito, todo tiene una razón. Y todo lo que hacemos tiene nuestra energía. Es una energía de luz; una energía curativa; una energía equilibradora. Estad seguros, necesitáis ayuda. Todos y cada uno de ustedes.
Todo el contexto en el que vives, los alimentos que comes, el aire que respiras, el agua que bebes. Todo contribuye al desequilibrio. Una fuerza mayor, una energía más fuerte, con el poder de reequilibrar la energía de vuestras células, necesita actuar en vuestros cuerpos. Traer el equilibrio, incluso traer la curación.
La curación solo depende de la confianza, la fe y la certeza. Habéis aprendido que estar enfermos es el estado normal de vuestros cuerpos. Y que solamente tenéis que concentraros, conformaros, comprenderlo y aceptarlo. Pero esta no es la verdad. Es una verdad creada por vuestro mundo, por aquellos que quieren manteneros sumisos al desequilibrio y a la enfermedad.
Todos y cada uno de los desequilibrios de vuestros cuerpos provienen de la mente. Provienen de lo que os imponéis a ustedes mismos. Para vivir, para sobrevivir, para estar en este mundo. Vuestro ritmo de vida no es normal. Es un ritmo estresante, preocupado, siempre mirando lo que queda por hacer, siempre actuando para apagar los fuegos. Nunca dejando efectivamente que la Presencia Divina diga: «Haz esto hoy. Esto será bueno, o esto es necesario».
No exageres. No tienes que demostrar nada. Ni a ti mismo, ni a nadie. Al contrario, cada vez que intentas demostrar que eres fuerte, que eres capaz, que eres poderoso, enfermas. Porque tu cuerpo no puede soportarlo. El desequilibrio es el grito del cuerpo. Es cuando el cuerpo dice: «¡Basta! No puedo más». Entonces enfermas.
Cuando os traje esa bola verde, fue para que durante la noche actuara sobre vuestros cuerpos, limpiara y reequilibrara la energía de vuestras células. Intentando al menos contrarrestar todo lo malo que habéis vivido durante el día, para que al día siguiente estéis al menos casi a cero. Porque nunca estarás a cero. Porque te despiertas desesperado, preocupado y planeando. «¿Qué voy a hacer hoy? ¿Qué tengo que hacer hoy? ¿Qué tengo que corregir hoy?» Y así todo el día.
Así que les diría a todos y cada uno de ustedes: Pisad el freno. Pero pisad fuerte. De la misma manera que se pisa un coche y hace ese ruido de las ruedas deslizándose por el suelo, para frenar de golpe. Pisad el freno. Pero pisa a fondo. Para. Hacer cosas, sí. Pero hazlas de una en una. Sin hacer una mientras piensas en las otras 10 que tienes que hacer.
Eso no sirve. No sirve de nada. Porque no terminas ninguna de las tareas que empiezas. Porque la mente no te deja. Quiere que actúes en todos los extremos. Y ningún extremo está cerrado. Siempre quedará algo atrás. Así que echa el freno. Pero con fuerza, con voluntad, con determinación.
«Hoy lo haré todo con calma. Una cosa cada vez. Voy a estar presente en todo lo que haga. No importa lo que me quede por hacer. Lo haré de uno en uno. Porque así soy yo. Puedo con uno a la vez».
Repítete esto constantemente.
«Estoy presente en la tarea que estoy realizando». Repítelo 3 veces:
«Estoy presente en la tarea que estoy realizando».
«Estoy presente en la tarea que estoy realizando».
«Estoy presente en la tarea que estoy realizando».
Y verás como esta energía te envolverá y efectivamente estarás ahí, haciendo sólo una tarea; olvidándote de las demás. Hazlo. Y no olvides ponerte en pelota antes de irte a dormir. Es esencial en este momento para que tu cuerpo también pueda organizarse para cambiar su estructura.
Piensa, piensa mucho. La Quinta Dimensión está a la vuelta de la esquina. No queries estropearlo todo y perderte el camino en tu cuerpo físico, ¿verdad? Así que cuídate. Mírate. Para un momento. Tómate un día para no hacer nada, si puedes. Pero si tienes que vivir ese día en el trabajo, vive una tarea cada vez. Vive cada momento presente en esa tarea. Y verás con qué eficacia serás capaz de terminarlo todo. Porque estarás mirando cada tarea con Amor, con Luz. Y desaparecerá fácilmente.
Pruébalo. Y confía en que somos capaces de ayudarte.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza