¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY KWAN YIN!
Llegó trayendo todo mi Amor y compasión a cada uno de ustedes. Trayendo Amor, trayendo paz, trayendo equilibrio a cada corazón.
Hermanos míos, fortaleceos. No os concentréis sólo en lo que decimos. No sigáis intentando comprender qué o qué sucederá. Cuanto más os centráis en lo que sucederá, más os alejáis del camino, porque empezáis a crear situaciones que en realidad no existirán.
No pienses en lo que vendrá en el futuro. Pensar crea nuevos caminos, nuevas ideas, y a menudo no son buenas. Entonces, ¿por qué preocuparse por el futuro? No existe; existe el aquí y ahora. Existe lo que emanas aquí y ahora, cuyo resultado vendrá más adelante.
Así que no pierdas el tiempo pensando, intentando adivinar cómo será, qué vendrá, cómo ocurrirá… Eso no importa. Lo que importa es el aquí y el ahora. Lo que importa es que estés preparado. Así que aprovecha el tiempo que tienes para fortalecerte. Cuídate. Mímate. ¿Tienes tus técnicas? Cuídate.
Nadie cuida de otro sin estar en equilibrio. Así que este es un tiempo de preparación. Es un tiempo de fortalecimiento. Como a menudo se ve en las películas que te muestran. Imagina que hay una gran batalla por delante. ¿Qué es lo que haces? Te pones tu armadura, coges tus armas, te preparas para enfrentarte al enemigo.
Así que haz un paralelismo. Necesitas tener tu armadura, pero no una armadura física. Necesitas tener tus armas, pero no las físicas. La armadura y las armas son las energías que posees; son todas las energías en las que has sido iniciado. Y éstas pueden protegerte. Así que cread vuestras corazas, cread vuestras fortalezas.
Este es el momento de preparar sus fortalezas. ¿Cómo será el enemigo? No importa. ¿Quién te dijo que el enemigo sería físico? ¿Quién te dijo que tendrías que usar armas para herir a alguien? Por supuesto que no. Ahora mismo, te estamos preparando para la defensa, no para el ataque.
Necesitas estar entero, equilibrado, fortalecido, confiado; para que nada te golpee. Para que nada te haga dudar. Para que nada te haga temer. Para que nada te haga descreer de todo lo que has aprendido. Necesitas estar fuerte, seguro, totalmente inmerso en tus creencias, en tus conceptos, en el Amor de cada uno de nosotros.
No te preocupes por el futuro. Llegará, lo quieras o no. Pero no crees más miedo. No crees más dudas. No crees cosas que podrían ni siquiera suceder; pensando en el futuro. Así que mira el presente. Vive el presente. Y en el presente necesitas estar protegido y fuerte, firme, para que nada te sacuda, para que nada desordene tus creencias.
Entonces llegará el momento en que te quitarás toda esa armadura. Porque no habrá más dolor, no habrá más mal, no habrá nada que te haga dudar de nada. Y entonces jugaréis el papel que estaba destinado a cada alma: ayudar a un hermano o hermana, ayudar a los que llegan, traer el equilibrio, traer la curación. Pero primero tenéis que sanaros a sí mismos. No querréis equilibrar al otro si estáis desequilibrados.
Piensa siempre que eres un ser poderoso. Lo sabes. Ya eres consciente de ello. Así que ponte tus armas, ponte tu armadura. Sé fuerte, sé un superhéroe de ti mismo. No del otro. No es el momento de pensar en los demás. Es el momento de pensar en ti mismo. Es el momento de estar preparado para lo que venga. Pero sin pensar en lo que vendrá. No importa.
No pienses en lo que vendrá. No pienses en otra cosa que no sea el momento presente. Piensa sólo en estar en equilibrio, en estar sano, en estar firme y fuerte. De este modo, nada te sacudirá. No habrá nada que te mueva. Porque seréis un ejército de almas fuertes y equilibradas. Y, sobre todo, un ejército de almas amorosas y agradecidas por vivir este momento.
Traducción: Ana Maria Souza
Revisión: Regiani M. Bugalho