¡Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra! ¡SOY LANTO!
Es con gran alegría que les traigo una caja, una pequeña caja. Y la pongo en las manos de cada uno de ustedes ahora mismo.
No es de oro, pero brilla. Brilla porque está hecha de mucha sabiduría, de mucha comprensión y aprendizaje. Comprended que esta cajita contiene todo lo que sus almas ya han aprendido, como si fuera un gran depósito de aprendizaje, de todo lo que sus almas han experimentado, sentido y acumulado como parte de su aprendizaje.
Pero esta cajita también es mágica. Así que os pido a cada uno de ustedes que abráis esta cajita. Pero estad siempre seguros: si no creéis o no queréis hacerlo, no lo hagáis. Pero para aquellos que sí creen, abran la caja.
Como puedes ver, está vacío. Sí, dije que contenía mucho. Pero recuerda que dije que es una caja mágica. Mira dentro de la caja. Y de verdad quieres ver que todo lo que has aprendido, de vidas pasadas, de vidas vividas, ya no sirve, ya no es útil. Eran otras épocas, otros tiempos, otras costumbres, que ya no valdrán ahora.
Simplemente quieren que todo se desprenda de la carga que llevan sus almas. Los que lo hacen de corazón podrán incluso oír el sonido de las bolas cayendo en la caja. Si no lo oyen, podrán ver las bolas dentro de la caja. O si no las oyes ni las ves, sientes que la caja está llena de pelotas. No importa cuál de los tres seas.
Lo que importa es que todo lo que he dicho ha ido a parar a la cajita. Son esas bolitas las que están ahí. Y son muy pequeñas. Hay muchas bolitas; miles, tal vez. Ahora cierra la caja. Vuelve a brillar. Ábrela de nuevo. Está vacía. Pero, ¿dónde fueron las chucherías? Es una caja mágica, ¿recuerdas?
Así que esta cajita permanecerá siempre contigo. Y a partir de ahora, cada vez que tengas algo que quieras olvidar, que quieras soltar, que no quieras cargar más. Mételo en la cajita, ciérrala, espera unos segundos y todo desaparecerá.
Solo hay una pequeña pega. No le pidas a la gente que desaparezca de tu vida. Puedes poner la situación que te involucra con ellos; el problema. Puedes poner eso en la caja. Pero no a las personas. Porque pedirle a una persona que salga de tu vida es invadir su libre albedrío; porque puede que no quiera lo mismo. Pero puedes pedir que desaparezca la situación entre ustedes, el problema entre ustedes, las diferencias entre ustedes, el odio entre ustedes. Y entonces lo meterás en la caja. Eso es posible. No a la persona en sí.
Guarda esa cajita. En algún lugar donde no la olvides. Si quieres comprar una cajita para que sea una representación física en tu mundo, compra una cajita. No tiene por qué ser tan bonita como la que yo te di. Porque la mía es hermosa; brilla.
Pero puedes comprar una caja pequeña; envuelvela alrededor de tus manos, … Date cuenta, es pequeña. Envuelve la caja alrededor de tus manos y pide: “¡Maestro Lanto! Haz que esta sea mi cajita, esa cajita mágica que guarda todo lo que ya no me sirve. Y yo transformaré tu cajita en la cajita que te has ganado, y podrás usarla cuando quieras.
Es como una representación física de la caja que te di. Pero si no quieres comprarla, no hay problema. Sigue usando la que tienes. Lo único que tienes que hacer es, cuando quieras, poner la caja en tus manos, abrirla y dejar que los problemas que quieres que desaparezcan fluyan hacia ella. Sencillo, ¿Verdad?
Así que la pregunta sigue siendo: ¿Cuál es el punto de todo esto? El punto es liberar sus almas. Es quitarse el peso que llevan. Quitar todo lo que está ahí y que ya no sirve para nada. Ahora, es muy importante querer, creer, sentir lo que estás haciendo. Creer que puedes cambiar cambiando tu alma. No es complejo, es simple.
Hazlo. Inténtalo. Al final de cada día, abre la cajita y deja en ella todo lo que te ha molestado, todo lo que te ha desequilibrado. Para que no se acumule en tu cuerpo, en tu mente. Despeja tu mente. Pon tus pensamientos en la caja y se lo llevará todo.
No olvides que es una caja mágica. Sepa qué pedir. Pide cualquier cosa. Pero no pidas que aparten a la gente de tu camino. El resto puedes pedirlo.
En algunos casos, puede que la caja no responda. ¿Por qué? Porque el problema en cuestión es una lección. Y primero tienes que resolverlo. Luego puedes meterlo en la caja. Y olvidar que alguna vez pasaste por ello.
Créanme, hermanos y hermanas: esta es una forma de aligerar la carga para muchos de ustedes. Y tened por seguro que notaréis la diferencia.
Traducción: Kelly Neri
Revisión: Ana Maria Souza