¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY MARÍA!
Traigo un gran manto para envolver todo el planeta. Trayendo energía para todos. Para calmar los corazones, para apaciguar el dolor.
Hijos e hijas míos, el camino se hace cada día más complejo. Los desafíos aumentan. Los obstáculos se hacen más difíciles de remover. Pero no os desaniméis; todo forma parte de este gran camino en el camino hacia la Luz.
Muchos piensan que cuanto más te acercas a la Luz, más fácil se hace el camino. Lamentablemente, no es así. Porque tienes que probar y solidificar todo lo que has aprendido a lo largo del camino. Tienes que estar seguro de que las lecciones han sido aprendidas. Sin embargo, es muy importante que cada uno sea quien es. No busquéis un espejo en los demás. No intentéis caminar como caminan los demás.
Algunos tienen pasos rápidos y anchos. Pero tú tienes un paso pequeño y lento. ¿Quién tiene razón, quién está equivocado? No hay bien ni mal. Existe el caminar de cada persona. Cada alma es un alma, con aprendizajes, con historias, con poderes; y cada uno refleja en su forma de ser lo que realmente es.
No te reflejes en nadie. Sé tú mismo. Si caminas más despacio, es porque tu alma necesita prestar un poco más de atención a las cosas que haces. Necesita estar más centrada para aprender. El que camina rápido ya ha pasado por esto; tenlo por seguro. Un día fue lenta. Pero con el paso del tiempo y el aprendizaje, se hizo rápida.
Así que no busques en el camino de otro, en el tiempo de otro, tu propio camino. Sé siempre tú mismo. Sigues siendo lento; estás en tu propio tiempo. No tiene sentido acelerar. Llegará un momento en que te darás cuenta de que no has aprendido nada porque has intentado caminar demasiado rápido. Así que tómate tu tiempo, ve despacio. Intenta mejorar siempre. Estate atento, concéntrate, sé persistente.
Todo lo que se aprende es difícil al principio. Pero una vez que lo hayas aprendido, podrás hacerlo con los ojos cerrados. El camino hacia la Luz es idéntico. Cada ejercicio, cada movimiento repetido, te mejora cada vez más. Así que no pienses que eres incapaz, equivocado, indigno, porque eres lento para aprender, para hacer, para conquistar ese punto.
Está en la naturaleza de tu alma. Y a menudo te comparas con almas viejas que casi lo han conseguido. No puedes. Tienes que ser tú, respetar tus limitaciones. Nadie se quedará atrás por ser lento, por no ir rápido.
Caminar aumenta tu Luz. Incluso si eres lento, estás caminando hacia la Luz; estás aumentando tu cociente de Luz. Entonces, ¿por qué deberías quedarte atrás solo porque eres un poco más lento? Lo que cuenta es lo que haces. Lo que cuenta es tu compromiso, tu camino, tu voluntad, tu disposición, tu enfoque.
Yo diría que si buscáramos a todos los que van a ascender porque son rápidos, casi nadie ascendería. Todo el mundo es demasiado lento. Pero lo importante es la persistencia, la concentración, el deseo de llegar, de construir el camino; repetir, repetir, repetir. ¿Es aburrido? A veces puede serlo. Pero sólo así podrás mejorar, evolucionar y ser más rápido cada día.
No utilices a los demás como espejo. Tú eres quien eres. No tiene sentido intentar seguir los pasos de otro. Cada uno tiene su propio tiempo. Cada uno tiene su propio camino. Lo importante es seguir el camino, no buscar caminos alternativos. Solamente hay un camino. Y cada uno lo recorre a su manera.
Fíjate en los animales de la Tierra. ¿Son todos rápidos? No. Los hay de diferentes tamaños, de diferentes capacidades, pero todos caminan. No hay nadie quieto. Así que cada uno de ustedes es un animal, caminando a su manera, avanzando, lento o rápido, no importa. Lo que importa es el camino, la persistencia y la concentración.
No dejes que las tonterías te depriman. No pienses que eres inferior. No pienses que eres incapaz. Todos, todos en el planeta hoy, tienen la capacidad de ascender. Solo que, debido a la velocidad a la que cada persona sigue el camino, puede que no haya tiempo para alcanzar el punto final. Pero todo el mundo tiene la capacidad. Únicamente hay que desearlo.
Así que adelante. No dejes que esas tontas barreras, el ego, se interpongan. Porque es el ego el que dice: «Eres incapaz, ríndete. Quédate aquí. Es mejor aquí». No, no te rindas. No es mejor aquí. Y puedo asegurarles, hijos e hijas míos, que las dimensiones superiores no se parecen en nada a lo que están experimentando hoy. No se comparan con lo que he experimentado en la Tierra. No hay dolor, ni sufrimiento, ni maldad. Todo es paz, equilibrio y Amor.
Nunca te arrepentirás de haber caminado por el sendero de la ascensión. Hoy, voy a dejaros a cada uno un pequeño manto azul; fino, muy fino. Pero es azul. Y cada uno de ustedes lo colocará sobre su vaso de agua. Protegiéndolo de todo. Incluso si ponéis un trozo de papel sobre el vaso, no pasa nada; poned este pequeño manto sobre el papel.
Las frases de hoy son las siguientes:
«Soy capaz de caminar.
Soy digno de caminar.
Estoy preparado para caminar.
Pero camino como es mi alma».
Y la palabra de hoy es muy sencilla:
¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna!
Hijos e hijas míos, no dejéis que la primera derrota, la segunda, la tercera, la cuarta, os aparten del camino. Puede que os lleve un tiempo lograr cada evolución. Pero es precisamente el intento, la persistencia, la concentración lo que aporta sabiduría; lo que muestra a vuestro cerebro lo que hay que hacer.
Y cuanto más creas, cuanto más profundices en cada ejercicio, en cada sesión de entrenamiento, más estaremos juntos. Mostrándote:
¡Puedes hacerlo! Solo tienes que creerlo.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
