¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡SOY MARÍA!
Llevo en mis manos, como siempre, un manto. Y en este momento, lo colocó sobre cada uno de ustedes. Dejando que todo mi Amor pase a la esencia física de cada uno de ustedes.
Hoy quiero hablaros, hijos míos, o mejor dicho, quiero recordaros sobre el ego. Desgraciadamente, muchos se están dejando llevar por el ego. La Luz está llegando intensamente y está limpiando muchas capas que teníais, liberando muchos regalos. Y así será.
Pero hay que recordar que los regalos no son regalos. Los regalos no son opcionales para un alma u otra. Los dones son de todos. Todas las almas tienen dones. Solo que a ti se te ha impedido ejercitarlos, se te ha impedido desarrollarlos adecuadamente. Pero es parte del alma. Así que el que ve, el que oye, el que siente, no es especial; no es mejor que el otro; no es un ser Divino; no es un gurú; no es un maestro. Es solo ser, alma.
Muchos están hinchados de orgullo, hinchados de valor, porque están viendo, porque están oyendo. Pero nada de esto es importante. Todos verán. Todos oiréis. Con cada paso hacia la Luz, pierdes todas esas capas y obstáculos que han sido colocados en el camino de tus dones. Pero nadie es mejor que nadie para eso.
Por supuesto, los que tengan una misión estarán en primera línea. Serán los que tendrán sus dones liberados rápidamente. Pero date cuenta de lo que acabo de decir: Misión. Tienen una misión acordada por el alma, por los maestros. No pienses que porque recibes un mensaje, un solo mensaje, te has vuelto especial, eres un canal, tienes una misión. El mensaje es para ti, no para el Todo.
Hijos e hijas míos, el orgullo forma parte del ego. Pregúntese, o mejor pregunten al Yo Superior, si ese mensaje debe ser compartido; si debe ser difundido y si forma parte de una misión. Esto es lo que te voy a decir: Las sombras se disfrazan muy bien. También transmiten mensajes. Y mensajes de Luz, mensajes de Amor, pero incrustado en ellos está esto: el orgullo y el sentimiento de poder. El poder de creerse mejor.
Y los que se dejen llevar recibirán cada vez más mensajes. Hasta que llegue un punto en que ya no se den cuenta de lo que reciben, porque estarán envueltos en sombras. Y por cada palabra agradable que digan, habrá cien energías negativas unidas a ella. No seáis mensajeros del mal.
La Luz no está trayendo más canales, excepto para aquellos que todavía tienen una misión que cumplir y que han tardado en despertar. Pero son pocos. Borra tu orgullo. Borra tu superioridad. Borra tu ego. No seas mensajero de la sombra. Si realmente tienes una misión que cumplir, te la dirán. Pero no serás tú quien lo diga. Te lo dirá otro. Te lo dirán tus maestros.
Entonces sabrás con certeza que tienes una misión. Y podrás difundir tus mensajes, de lo contrario alguien te lo habrá dicho en tu mente. Llegados a este punto, infórmate. Busca a otras personas. No seas un mensajero sin Luz.
Cuidado, hijos e hijas míos. Aquellos de ustedes que estáis buscando nuevos horizontes, nuevos caminos, porque ya estáis un poco cansados de seguir siempre a los que ya conocéis, tened cuidado, porque podéis estar cayendo en profundas trampas. Mensajes hermosos no son sinónimo de mensajes de la Luz.
Saber elegir lo que se escucha. Saber a quién escuchar. Esto es muy serio, hijos míos. Muchos se hacen canales por orgullo, por ego. Porque creen que también pueden y deben transmitir mensajes. Cuidado, por ambas partes. Por los que transmiten y por los que escuchan.
Ser un canal para un ser de Luz es algo muy serio. Es algo que se despierta en el alma. Es algo que se remonta a eones. No es algo que aparezca ahora, de la nada. Tened cuidado, hijos e hijas míos. No seáis mensajeros del mal.
Traducción: Kelly Neri
Revisión: Ana Maria Souza
