Esta meditación la puedes hacer acostada.
Acuéstese cómodamente donde prefiera. Siéntete relajado. Respira hondo, alinea tu cuerpo. Haz cualquier acción que te deje literalmente relajado, pero no tan relajado como para dormir. Dile a tus mentes: “Relaja mi cuerpo, pero mantente alerta”.
Después de este período de relajación, se encuentra acostado en un claro; un hermoso claro, con hermosos árboles, un hermoso cielo azul en la cima. Los árboles no son altos, se pueden ver montañas, se ven los pájaros volando en el cielo. A lo lejos el sonido de un pequeño arroyo. Integrarse con esta naturaleza. Siente la energía del suelo de Gaia donde estás acostado. Ahora, del suelo, saldrá una sustancia; no importa cómo sea, cubrirá su cuerpo por completo. No te preocupes, puedes respirar dentro de ella. Mantén los ojos cerrados, solo siente que esta energía se apodera de todo tu cuerpo. Es como si estuvieras dentro de un capullo; un capullo de Luz Verde. Esta energía tiene la capacidad de penetrar en sus cuerpos. Puedes sentir la energía que entra en tus células. Observa todo este movimiento dentro de tu cuerpo. Mantén los ojos cerrados, solo concéntrense en la energía de tus cuerpos. Vas a estar en esta posición por un minuto.
Toda la energía que ha penetrado en tu cuerpo está dentro de él ahora, sanando cada punto de tus células, de los recuerdos de tus células, que necesita ser sanado. En este momento, ya no estás en ese capullo. Puedes abrir los ojos en el claro, y verás que todo sigue como antes. Simplemente, no muevas sus cuerpos. Sus cuerpos en este momento están totalmente arraigados en la superficie de Gaia, liberando a Gaia, todo lo que fue limpiado a través de esa Luz Verde. Ahora estas raíces están empezando a desaparecer. Tu cuerpo está limpio, pero todo lo que necesitaba ser visto, necesitaba ser tratado, analizado y terminado permanentemente, estará en tu conciencia ahora. Observa tus sentimientos, pensamientos, ideas; y trata de resolver cada uno de los que se te ocurran. Siéntate en el claro. Su cuerpo físico permanece acostado. Mira tus manos, tienen un brillo diferente. Todo tu cuerpo brilla, una luz verde. Esta energía de sanación, equilibrio, verdad, permanecerá en tu cuerpo hasta el final de esta etapa de la caminata, ayudándote a encontrar las soluciones, caminos y respuestas que tanto deseas.
Respira hondo ahora. Acuéstese de nuevo en el claro.
Sé agradecido por toda esta energía que has recibido, y regresa en tu tiempo a tu conciencia.