¡Queridos! ¡YO SOY EL ARCÁNGEL MIGUEL!
Pero, ¿qué estoy haciendo aquí? Creo que muchos de ustedes habéis olvidado lo que dije hace un tiempo. Por supuesto que Adama es un poderoso ser de luz, pero ¿qué he dicho siempre aquí? En las meditaciones en grupo siempre habrá uno de nosotros, para que la meditación transcurra sin ningún tipo de problema, sin ningún tipo de ataque, digámoslo así. No piensen que todos los que están aquí en este momento están vibrando luz, hay algunos vibrando… ¡Ni siquiera voy a decir qué! Sólo diré esto: estáis perdiendo el tiempo, porque mi espada está en medio de este egregor y nada, ningún intento de nada contra ella tendrá éxito. ¡Soy quien soy! Este grupo está bajo mi protección. Por lo tanto, ¡no conseguirás nada! Habéis perdido el tiempo – o quizás os envolverá la energía que emana hoy aquí. Sería maravilloso si pudieras analizar el camino que estás siguiendo.
Entonces, estoy aquí ordenando este egregor, ordenando esta meditación. No, ¡no voy a decir nada! Sólo me presento y explico por qué estoy aquí, ¡y siempre será así! Siempre habrá uno de nosotros como guardián y protector de todo el proceso. Aquí no estamos hablando solo de mis enseñanzas, estamos hablando de algo un poco más grande. Seres que al llegar a la superficie del planeta traerán la verdad, traerán todo lo que siempre se les ha ocultado. Por eso, siempre se intenta silenciar estas voces. Pero no aquí. Pero ni hoy ni nunca. Después de todo, ¡yo soy quien soy y nada pasa desapercibido para mí y para cualquier otro ser que siempre estará aquí protegiendo este trabajo! Vive este viaje con mucho amor en tu corazón y al final ten la certeza: ¡nunca volverás a ser el mismo! ¡Digamos que estás recibiendo un gran regalo! Un regalo del Dios Padre/Madre y cada uno de ustedes recibirá al menos un regalo. ¿Cuál? ¡No seáis curiosos! ¡Espera y verás! Pero el número de regalos ganados será proporcional al tamaño del corazón, al tamaño de la implicación, al tamaño de la luz absorbida. Este no es un viaje de una simple lectura de un libro, hay toda una energía que está siendo emanada en él y que será emanada aquí, hoy. Así que ¡participa! ¡Pero desde el corazón! Entrégate a todo lo que se te presente. Es inútil que intentéis huir del viaje de vuestra alma. Vuestras almas han recorrido muchos caminos, a veces en la luz, a veces no tan en la luz y muchas veces no tan en la luz. Pero es inútil que ahora lloréis o juzguéis a vuestras almas, este es otro tiempo. El juicio es algo que ya no podéis adorar. El tiempo es de la luz y del perdón, este es el sentimiento que hay que vivir por cada cosa que se recuerde de vuestras almas, no importa a quien o no importa a quien se le pida perdón o se le vaya a perdonar, vuestra alma lo sabe. ¡Ese es el gran momento!
¡Así que ya he dicho demasiado! Os dejo bajo la guía del hermano Adama. Y estad seguros, ved un mar muy agitado, con grandes olas, os puedo asegurar que la meditación de hoy os hará esto, los agitará mucho. ¡Pero no tiene sentido huir ahora! ¡Acepta lo que venga! El fondo se removerá bien y toda la basura saldrá a la superficie. ¿Qué hacer con esta basura? Simplemente, mirarla con amor y comprender que allí hubo una vida, una acción, un momento. Mira con amor y usa el perdón, ¡pero nada! Y todo se disolverá fácilmente. Así pues, os dejo ahora con el hermano Adama. Y podéis hacer esta meditación tantas veces como queráis y sin cambio de tiempo, simplemente hacedla. Abrid vuestros corazones y vivid intensamente este momento.
Mis hermanos, es con gran alegría que puedo estar aquí hoy dirigiendo una meditación. Es un honor tener a Miguel aquí, a mi lado, aportando la protección y el equilibrio necesarios. Por supuesto, sabemos que todo lo que intentamos hacer está siendo observado muy de cerca, pero no tenemos miedo. Somos seres de puro amor y pura luz. Y es este amor y esta luz lo que quiero traer hoy a cada uno de ustedes.
Pon los pies en la tierra, no hace falta que te quites los zapatos. Conecta con Gaia, cada uno a su manera: por las raíces, por un rayo de luz, no importa. Siente la energía de Gaia subiendo por tu cuerpo, por tus piernas, llenando toda la parte superior de tu cuerpo, tus brazos, tu cuello y tu cabeza. Respira profundamente. Sigue respirando profundamente, atrayendo toda la luz que te rodea y expulsando todo lo que ya no te sirve. Imagina que en este momento cada uno de ustedes es trasladado al mismo lugar por Gaia. Estáis todos juntos y conectados con el planeta. Véanse de pie, de perfil, unidos. Tómense de las manos, no importa quién esté a su lado, sepan que en cada una de sus manos está la mano de otro hermano. ¡Uníos en esta gran masa de mentes y corazones!
Imaginad que este gran lugar está bajo los rayos del Sol. Es un lugar hermoso y los rayos del Sol penetran en el corazón de cada uno de ustedes. Delante de ustedes estoy yo y un gran grupo de Lemurianos, en su mayoría sacerdotes. En este momento están alrededor de todo el grupo, anclando la energía necesaria para nuestro trabajo. El sol calienta sus corazones. No temáis, no traerá malos recuerdos de aquella época. Lo que quiero traer es la conciencia de lo que vivisteis y por qué lo vivisteis. ¿Por qué digo ustedes? Porque la gran mayoría de los que estáis aquí vivisteis en Lemuria, pasasteis por el hundimiento. Otros vivieron otros procesos, pero eso no invalida su presencia aquí. En este momento, vuestros corazones se calientan cada vez más con los rayos del sol. Y de vuestros pies empieza a manar agua. Esta agua no saldrá de vuestros pies, sino que penetrará en todos los cuerpos. Y tiene el poder de sacar a la luz todo lo que necesita ser mirado con amor y perdón. Sentid que el agua actúa como un gran remolino dentro de vuestros cuerpos. Si sientes mareos o náuseas, es normal, porque el agua está alterando el equilibrio líquido de vuestros cuerpos. Si tenéis ganas de llorar, ¡llorar! Son sentimientos que están saliendo a la luz.
En ese momento, caen sobre ti pétalos de rosa blanca, que representan el amor, que representan la luz. Y al caer estos pétalos se llevan consigo todo el dolor, todo el sufrimiento, todo el trauma de cada una de las almas que pasaron por ese momento. El agua comienza a descender desde el interior de vuestros cuerpos y los pétalos también dejan de caer. Y los sumergía en un gran mar de pétalos de rosa blanca. El agua es absorbida por Gaia. Y Gaia transmuta toda la energía que ha sido absorbida en ella, limpiando cada corazón, cada alma de todo lo que podría ser limpiado. Sentid cómo vuestros corazones resplandecen. Los rayos del sol ya no los calientan, ¡sino que se han convertido en brillantes bolas de luz! Podéis soltar las manos. El objetivo aquí era esta limpieza en conjunto, porque el proceso ocurrió con un grupo, no individualmente. Ahora el corazón de todos brilla, sus cuerpos son más ligeros. Todo el dolor, todo el trauma ha sido absorbido por Gaia, ha penetrado en sus entrañas a través de esta agua, que ha barrido todos los sentimientos de su cuerpo. Ahora, en este momento, cada uno de ustedes regresa a sus lugares de origen. ¡Y tened por seguro que siempre estaremos juntos!
¡Ha llegado el momento de nuestro encuentro! Es con gran alegría que el pueblo de Telos os reconoce a cada uno de ustedes. Y aquellos de ustedes con corazones puros y limpios recibirán nuestro contacto. Creedme, todo este proceso no está ocurriendo por casualidad, todo había sido ya establecido por el Dios Padre/Madre. Cada uno de ustedes permanecerá con un corazón brillante por mucho tiempo. Dependerá de cada uno de ustedes saber mantenerlo brillando a través de la emanación de amor y luz. Es una energía que se disipa cuando no emanas amor y crece cuando te llenas de amor. Así que, ¡sabe cómo mantener su corazón brillando! ¡Vive siempre en busca del amor y de la armonía! Y os digo que cada uno de ustedes que siga este camino se distancia cada vez más de todo lo que está ocurriendo en vuestro mundo actual. No me preguntes cómo, todo sucederá como tiene que suceder. Sigue adelante y vive este momento. ¡Cómo está en las manos del Universo, de los seres de luz y del Dios Padre/Madre! ¡No temáis lo que vendrá y cómo vendrá! Entreguen sus corazones y verán cuánto tienen para ganar y cuánto pueden prepararse cada vez más para el nuevo viaje hacia la quinta dimensión.
Ese círculo formado por la gente de Telos, los sacerdotes y yo mismo, permanecerá alrededor de este egregor creado con este grupo y seréis cuidados y atendidos. Basta con que abráis vuestros corazones. Solo tenéis que aplicar todas las enseñanzas que habéis recibido y nosotros haremos nuestra parte. ¡Pero sólo para aquellos que efectivamente mantengan sus corazones iluminados! Pero a los que, en este momento, todavía no pueden mantener su corazón iluminado, no os abandonaremos; al contrario, os ayudaremos a encontrar el camino hacia un corazón iluminado. Así pues, ¡el viaje es largo! ¡Nuestro viaje será largo! La velocidad con la que cada uno camine dependerá de cada uno, pero estaremos velando por todos ustedes.
Gratitud por este momento de hoy, ¡porque hoy puedo ejercer y crear este momento! En este momento, todo mi pueblo os aplaude, ¡valientes seres de luz que habéis elegido ascender! Y solamente podemos decir: ¡bienvenidos hermanos nuestros! ¡Iluminad vuestros corazones y seguro que llegaréis! ¡Contad con nosotros! Vibrad con nosotros, ¡cada uno a su tiempo y con su conciencia! ¡Pero ahora es el momento de mirar siempre hacia adelante! Y estaremos allí, al final del viaje, al final del tiempo, en la tercera dimensión de este planeta, ¡esperando a cada uno de ustedes con honor y gloria!
¡Estad con toda la energía de mi pueblo! Y creedme: ¡superarás todos los desafíos en esta batalla de ascensión! ¡Estad con todo mi amor y con toda la paz de mi pueblo!
Traducción: Bernadete Maria Marafon
Revisión: Regiani Maria Bugalho
