¡Queridos! ¡YO SOY EL ARCÁNGEL MIGUEL!

Mi presencia aquí hoy es para hablar un poco del momento que vendrá el próximo mes en nuestro Nuevo Encuentro.

En este momento veo muchos corazones apretados y hasta puedo decir, muchos corazones enojados porque no estarán allí. Les hago una pregunta: ¿Todas las cosas en su mundo son ilimitadas? ¿Está todo de acuerdo con lo que queréis? Por lo que ya puedo decir, no es así, todo tiene un límite. Entonces, ¿por qué tanta ira, por qué tanta contrariedad contra los que lo organizan todo?

Os lo pregunto, desde fuera es muy fácil criticar, condenar y juzgar a los que intentan hacerlo lo mejor posible. El problema es que para ustedes nunca es suficiente, siempre pensáis que podría haber sido mejor. ¿Pero para qué, para quién? Por tu propio bien, para poder hacer lo que quieres.

Hermanos míos, no dejo de repetirlo: muchos de ustedes engañan a sí mismos, pensando, gritando e incluso diría presumiendo, diciendo que estáis preparados para la Quinta Dimensión. Estáis listos con la boca por fuera porque en vuestro corazón la mayoría de ustedes seguís viviendo dentro de la tercera dimensión y dejando que el ego siga teniendo el control.

Es interesante cómo os plantáis ante los contratiempos, os seguís quejando, os enfadáis, emanáis energía contraria a los del otro lado… “Pero esto está bien. Sigo en el camino hacia la Quinta Dimensión”. ¿Es así? Hermanos míos, lo hemos dicho aquí y lo repito una y otra vez: Nada de lo que hacemos carece de sentido, todo tiene un significado, todo tiene un porqué.

En nuestra última reunión, muchos de ustedes se enfadaron porque no participaron plenamente. Y yo les expliqué en ese momento que tenía que ser así y seguirá siendo así. No todo puede ser abierto, no todo puede ser difundido, no todo lo que hacemos puede ser puesto en vuestro internet. Así que esto será igual, participaréis hasta cierto momento, luego ya no.

Oh, sí, ya puedo ver aquí los corazones saltando, las mentes agitándose… “Otra vez. No voy a participar!” Así que permíteme dejar clara una cosa aquí: si tienes el corazón abierto, estás feliz, elevado, no importa lo que esté pasando en el otro lado, estás haciendo tu parte. Y otro punto importante: en el momento de una reunión, con un gran número de personas, se crea un egrégor, un egrégor de Luz. Así que quien participe en esta egrégora desde el corazón permanecerá en ella hasta el final, independientemente de si está físicamente viendo u oyendo o participando; estará en ella hasta el final porque se le ha dado el derecho de entrada.

Así que aprended que no somos tan malos como decís. Quien tenga un corazón abierto e iluminado estará con nosotros hasta el final. Ahora bien, lo importante es que el corazón permanezca abierto. No es en el momento en que se corte cuando entrará la ira, pues en ese momento serás expulsado del egrégor porque ya no estarás vibrando lo que te pide, que es Amor y Luz.

No, no estoy pidiendo aquí que durante el tiempo que estemos fuera de sintonía para los que están fuera, que os quedéis de rodillas en el maíz rezando, rezando, haciendo penitencia, no estoy pidiendo eso. Podéis estar en casa, sentados con vuestra familia, pero con el corazón puro y alegre, conscientes de que algo importante está ocurriendo lejos para la humanidad, y que precisamente porque vuestro corazón está elevado y alegre, estáis participando en ello.

Ah, ¿pero te gustaría aislarte y seguir participando de una manera más apartada? Perfecto. Entonces, dependerá del corazón de cada uno, seguir participando con un corazón feliz, alegre, o aislarse y seguir en esa sintonía, o simplemente dejarlo todo y empezar a hablar, a quejarse, y entonces estarás fuera de todo el proceso.

No somos tan injustos como usted dice: “Ah, pero esto no se dijo la última vez. Es, porque me gusta, nos gusta revelar las cosas poco a poco. Así que quien esté en tu casa, crea un ambiente agradable de Luz y quédate en él hasta el final y seguro que estarás dentro del egregor, participando de otra manera, pero estarás añadiendo tu energía a todo el proceso.

También es interesante poner, como muchos se quejan de tener que hacer disfraces nuevos, yo diría lo siguiente: Vas a cualquier evento de tu mundo, que tiene una fecha, tiene un secuencial y allí vas con un disfraz de un evento anterior. ¿Cómo te vas a sentir delante de los demás? Ah, mucha gente me está contestando aquí: “Ah, a mí me da igual”. Es fácil decirlo ahora, pero cuando llegues allí y veas que todo el mundo te mira, porque has decidido ser diferente, has decidido no seguir las normas, eso sí que te hará bien. Mucha gente susurrando, mucha gente hablando. Ah, pero no sentirás nada, tu ego está tan marchito que no te molestará. Pagaré por ver este momento, como tú dices.

Luego hay otros que dicen: “Ah, pero no me lo puedo permitir”. Esta retórica ya se está quedando un poco desfasada, esta retórica ya se está quedando anticuada. Porque en el momento actual, si sabes desear, si sabes querer, todo vendrá a ti. Pero si sigues utilizando esta retórica: “Oh, no tengo manera; ah, porque esto; ah, porque aquello”, las cosas no sucederán.

Hacerse el pobre ya no está de moda en este momento. Yo diría que este es un momento de elevación, de superioridad, no de sentirse inferior. Todo es posible, siempre que salga del corazón, el universo tiene sus grifos abiertos, solo hay que saber pedir. ¿Y cómo se pide? Con alegría, con el corazón, con la certeza de que lo conseguirás. ¿Así que dejemos esta retórica de las cosas pobres? Dejemos esta retórica de que: “No lo tengo. No puedo. No puedo”; esto ya está pasado de moda, ya no encaja en este momento.

“Yo conseguiré. Yo puedo. Lo tendré”. Mucho mejor, ¿no? Así que di algunas explicaciones sobre nuestro próximo encuentro.

Ahora siempre digo: Nada es obligatorio. Cada uno toma sus propias decisiones. Cada uno toma sus propias decisiones. Así que de acuerdo, cada uno tomará sus propias decisiones.

Espero haber sido muy claro sobre nuestra reunión. Y espero que aprendáis a cambiar vuestras frecuencias, vuestras vibraciones en relación con todo lo que ocurre. Siempre pones primero el lado negativo, es impresionante. El “no puedo. No sé. No puedo” siempre es lo primero, ¿por qué? ¿Por qué siempre tienes que depender de los demás?

Oh, no, no, no, yo no me equivoco, el otro siempre se equivoca, ¿por qué? ¿Por qué no lo ha hecho como tú querías, por qué no lo ha hecho como tú esperabas? Ego, ego, ego, ego. Todo tiene que salir, todo tiene que ser como tú quieres, ¿por qué? ¿Por qué es más fácil? ¿Por qué no quieres tener trabajo? Oh no, “Porque no puedo hacerlo”, ¡siempre!

Por eso, te diré algo: mientras dependas de otros para resolver tus desafíos, tus obstáculos…humm el camino está dañado. Porque el tiempo es de superación, el tiempo es de retos y son los pequeños retos los que te muestran lo poco preparado que estás, pero tú no lo ves así: “¡No es mi desafío, es el error de otro!”. Mientras lo veas así, el camino seguirá obstaculizándose.

Hay problemas y problemas. Hay problemas de verdad, aquellos en los que haces todo lo posible. Escucha lo que acabo de decir: haces todo lo posible. Entonces llegas a un punto en el que efectivamente hay un problema. Es perfecto pedir ayuda al otro. Pero no intentarlo, o intentarlo y pensar que no lo conseguirás y pedir ayuda, ja, ja, eso está mal, el camino ya está dañado.

Es interesante y termino este mensaje dejando esto para que lo pienses: ¿qué eres capaz de hacer? Entonces me responderás: “Ah, cualquier cosa. Entonces, ¿por qué no lo haces? Entonces, ¿por qué no lo haces, por qué no lo intentas? Porque no sales de la retórica del “no puedo, no sé”. Cada obstáculo es un reto a superar, no culpes al otro de lo que tú no puedes hacer.

El otro no creó nada pensando en ti, no eres el centro del mundo.

Así que si no puedes hacerlo, ese es tu reto, no el suyo. Entiéndelo. Así que aquí tienes una pregunta para que reflexiones: ¿detenéis vuestras vidas porque creéis que no podéis hacerlo? Piensen a respeto.

Traducción: Regiani Maria Bugalho

Revisión: Ana Maria Souza