Queridos hermanos del Planeta Tierra! YO SOY SAINT GERMAN!
Es con alegría sí, en mi corazón, que tengo esta oportunidad de venir aquí a hablar un poco con ustedes. El viaje está a punto de terminar. Muchos aún siguen allá al comienzo, un poco cansados, decepcionados por no poder llegar más adelante. Nunca olviden que ustedes crean todo; nunca olviden que lo que ocurre es el resultado de lo que emanan. Puede que no hayan emanado en esta vida, pero podrá ser el resultado de emanaciones generadas hace mucho tiempo. Así que no se desanimen, sigan avanzando.
Cada piedra, cada obstáculo, no puede simplemente empujarse a un lado para recuperar el camino. Ese obstáculo debe ser retirado a través de una acción, pero no a través de una acción de simplemente quitarlo del camino; es una acción que debe ser aprendida, es una conciencia que debe ser adquirida. Así que mientras quiten los obstáculos con las manos, con la intención de atravesar ese camino, éste se hará cada vez más grande. Entonces lo verán de nuevo, justo delante, sólo que será cada vez más pesado y de mayor tamaño. Hasta que llegará un punto en el que ya no podrán sacarlo con las manos y tendrán que encontrar la forma de despejar ese camino.
Así es el Viaje. Aquellos que no pueden permanecer en el camino, es porque están tomando los obstáculos con sus manos, no están entendiendo. “Por qué me he equivocado, por qué he vuelto?” Y la respuesta, casi al unísono: “Es culpa mía, distracción, error…”; y ustedes siguen culpándose por no ser capaces de mantener la línea. Y puedo asegurarles a cada uno de ustedes que el error, esa equivocación por la que se condenan y juzgan, es causada por el propio Viaje.
Así que el gran propósito es no estar juzgándote a ti mismo, que te has vuelto a equivocar. Observe en qué decreto se produjo el error; ¿qué causó la interrupción del viaje? Ahí tendrás la respuesta, y solo entonces podrás seguir adelante y probablemente no interrumpir más. Hagan cada decreto con entendimiento, no como máquinas que lo leen, lo repiten seis veces más, completan las siete veces y ya está. Comportarse así es ser un serio candidato a tener que volver a hacer todo de nuevo.
Así que dejen de juzgarse a ustedes mismos. Miren con atención el decreto que les hizo volver, allí hay un gran obstáculo que superar. Ustedes se cansan muy fácilmente de las situaciones. El propósito de este Viaje es exactamente superar cada uno de esos obstáculos, o sombras, o problemas, como sea que los llames, de tus propios caminos. El Viaje no perjudica a nadie, al contrario, la idea es siempre hacerlos avanzar. Así que no se juzguen y que ni les parezca gracioso tener que volver al principio. No hay diversión, no hay nada de qué reírse, hay algo que analizar y comprender.
Cada día nuevas personas comenzarán el Viaje y llegará un punto, que cada uno tendrá que hacer su propio camino y su propio control. Ya no habrá esa transmisión diaria que les muestre lo que hay que hacer. Entonces aquellos que todavía están en la retaguardia, comiencen aprendiendo a hacer sus propios controles, para que no vuelvan a equivocarse sólo por distracción o por no estar bien implicados en lo que están haciendo.
Este Viaje es de transmutación y elevación para que aprendan a conocer y creer en los seres poderosos que son. Sólo tienen que utilizar los decretos del Viaje. Para los que ya están más avanzados, dentro de poco serán libres de repetir todos los decretos que quieran. Para los demás, todavía hay un largo camino por delante. Nada cambiará. El Viaje continuará siendo siempre como es, comenzando hoy, comenzando dentro de un año, comenzando cuando lo desees; sólo terminará cuando la tierra ascienda y todos sus habitantes con ella. Entonces, les aseguro que todos los decretos estarán ya impregnados en sus células y ya no será necesario que los repitan constantemente.
Ustedes no se pueden desanimar. Miren de frente cada una de las alertas que aparecen durante el Viaje. La incomprensión de un decreto no es el problema del otro, no es el otro quien te explicará lo que no has entendido. Te corresponde mirar hacia adentro, estar en tu Presencia Divina y pedirle que te explique lo que no entiendes. Cada uno de ustedes tiene su propia interpretación, una que es apropiada para su alma. Por lo tanto, no es tu hermano o colega quien te dirá lo que significa aquello, la comprensión tiene que ser tuya. Si no puedes entender y le preguntas al otro, qué Viaje estás siguiendo? El tuyo o el del otro? Porque él te dará la respuesta según su camino, no el tuyo.
Así que si no entienden el decreto, pregunten a sus Divinas Presencias, pregúntenme a mí, pregunten a sus maestros, nunca a los demás. Pueden intercambiar ideas que son muy bienvenidas. Estudiar juntos es una cosa, preguntarle a otro de forma aislada es un poco diferente, porque cuando estás estudiando en grupo, escucharás varias interpretaciones y te tocará definir cuál te llena el corazón. Ahora bien, cuando preguntas a una sola persona, obtendrás la interpretación de esa persona, que no es necesariamente lo que tu corazón espera.
Así que tengan mucho cuidado con eso. El Viaje no es para seguir la opinión de los demás, es tu comprensión, es tu aprendizaje, es tu evolución, no en base a lo que el otro piensa. Aprendan hermanos míos a escuchar sus propias Presencias Divinas, que no son más que Dios Creador en acción. Aprendan, no dependan del otro para nada. La pregunta, la duda, debe ser respondida por ustedes, no por otros. Y si ese decreto te ha traído tanta duda, ten la certeza, algo está implícito ahí para que te detengas y analices. Es para llamar tu atención. No se desanimen, sigan adelante y verán cómo, poco a poco, el Viaje avanza y el miedo a cometer otro error desaparece.
Cuándo se den cuenta, ya lo habrán terminado, y se habrá producido una gran transformación en cada uno de ustedes.
Sólo quiero dejarles un mensaje de esperanza. Cuando cae una tormenta fuerte, puede hacer mucho daño, incluso puede matar. La tormenta hace esto sonriendo? Actúa provocando tantas transformaciones, sin importarle lo que ocurra con los resultados? Por qué se formó esa tormenta?. La respuesta es: Nada de lo que ocurre en tu mundo proviene de nadie más que de ti. Cada uno de ustedes crea lo que sucede en su mundo. Recogen lo que siembran, cosechan lo que emanan, nada está fuera de lugar, todo ocurre para el cambio, para que vean lo que han creado.
Alguien podrá preguntar: “Pero, he creado yo la guerra?”. Sí, tú y muchos otros en el planeta. Lo han temido todo el tiempo. Creaste este egregor del miedo y la certeza de que un día sucedería. Ahí está la respuesta: nada más que la consecuencia de lo que han emanado y siguen emanando. Depende de cada uno de ustedes, en este momento, en este planeta, emanar Amor y Luz. No te sientas pequeño, no te sientas impotente, no te sientas incapaz, pues si eso es emanado, también reverberara. Si cada uno en el planeta vibra Amor y Luz, se crean nuevos egrégores; y cuanto más Amor, más Luz, más egrégores negativos se combaten.
Entonces, qué puede hacer cada uno de ustedes en este momento? Emanar Luz, emanar Amor por el planeta. No se enfoquen en el problema, enfóquense en el planeta. Lo que hay que cambiar son las conciencias a nivel global. Olviden el conflicto, emanen Amor y Luz, emanen Paz. Aunque no conozcan ninguna técnica, tomen el planeta en tus brazos como si fuera un animalito al que quieren mucho. Sientan el planeta en sus brazos y de la misma manera que enviarían amor y gratitud a un pequeño animal en sus regazos, envíenlo al planeta. Si cada uno de ustedes hace este movimiento, verán el resultado.
Abraza al planeta, muéstrale todo tu Amor y Gratitud, muéstrale lo mucho que lo amas Y esta ola de amor que saldrá de tu corazón envolverá al planeta tierra y llegará a todos los corazones que en el existen. No es necesario mucho, unos segundos, abraza al planeta; muéstrale cuánto lo amas, cuánto amas a todos en su superficie y verás el resultado. Ustedes pueden, tienen esta fuerza. No hay mayor fuerza en este mundo que el Amor. El Amor destruye todo lo negativo. Pero tiene que ser de corazón.
Hagan esto tantas veces como quieran al día: abrasen al planeta, siéntanlo pequeño entre sus brazos, pero el Amor que allí se emanará, Gaia sabrá recibirlo y multiplicarlo por toda su superficie.