Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra ¡SOMOS LOS SERES SOLARES!
En este momento, estamos trayendo toda nuestra luz y fuerza a la superficie de Gaia, elevando aún más la vibración del planeta; trayendo el despertar a muchos.
Despertar no es solo creer en lo que no puedes ver. Despertar es perder la ilusión, es estar abierto a ver lo que nunca se ha visto, es tener acceso a tus propias verdades. Es verte con los ojos del alma. Estar despierto es no juzgarte, es literalmente ser quien eres. Porque es la forma en que siempre has sido la que te ha traído hasta aquí. No intentes cambiar. No intentes ser quien no eres. Simplemente sé tú. Olvídate de otros parámetros. Continúa tu camino, como siempre lo has hecho. Te ha traído hasta aquí, ¿verdad? Entonces, ¿por qué cambiar? ¿Por qué arriesgarte a ir por caminos que no conoces?
Estar despierto es mirarte con respeto, sabiendo todo lo que ya has hecho mal, todo lo que sigues haciendo mal; pero estando seguro de que estás haciendo lo mejor que puedes, de que te estás permitiendo cambiar; de que te estás permitiendo ser un alma mejor.
Muchos están despertando. Y en verdad, no les gusta lo que ven, lo que sienten, lo que están experimentando. Porque parece que la avalancha de problemas que han sido colocados, cuidadosamente escondidos en algún lugar, están todos sobre la mesa. No hay espacio para nada más.
Y se preguntan: «Pero lo escondí. No quiero verlo». Pero está sonriendo sobre la mesa, casi como un bebé, con sus bracitos extendidos, pidiendo que lo cojan en brazos. No se puede ignorar, porque las alfombras han desaparecido. No hay donde esconder nada. Las piedras son ligeras; se las lleva un viento débil.
Así que no hay dónde esconder los problemas. Hay que mirarlos, afrontarlos y vivir con ellos. Por eso hay tanto desequilibrio en el planeta. Por eso la gente parece estar fuera de sí. Porque no pueden aceptar que son lo que ven. Se creían perfectos, superiores, incapaces de hacer nada mal. Así que mirar todo lo que hay sobre la mesa y darse cuenta de…, «¡Cuánto mal he hecho!», es demasiado para ellos. Y entonces llega la ira; la desesperación, la no aceptación.
Y, como hacen siempre, empiezan a culpar a otro: «¿Quién ha puesto esto sobre la mesa?». No pueden aceptar que nadie lo haya hecho. Es el resultado del proceso en curso. Pero tienen que culpar a alguien. Alguien lo ha escondido debajo de la alfombra. Entonces se vuelven violentos; incapaces de entender una palabra de lo que dice la otra persona.
Esto es lo que está ocurriendo en este mundo ahora mismo. ¿Qué debemos hacer? Intentar mantener el equilibrio en la medida de lo posible. Para aquellos de ustedes que viven con uno de estos hermanos y hermanas que están en este desequilibrio, solamente envía Luz. No trates de hablar, no trates de explicar, no trates de convencer. No hay nada que te haga aceptar todo eso. Porque necesitas desapego, no juicio, de ti mismo.
Tenéis que aceptar que sois seres humanos y que cometéis errores. Utiliza el perdón al más alto nivel. Haced peticiones de perdón en volumen. Entonces, sí, vuestras almas se calmarán; vuestras almas se darán cuenta de lo bueno que será. Pero hasta que llegue ese momento, necesitáis mucho Amor. Y mucho Amor de los que os rodean.
Así que lo que podéis hacer es ser Amor y Luz. Nada más. No intentes calmarles, no intentes ayudarles, porque no están preparados para recibir ayuda. Necesitan pedir ayuda. Necesitan aceptar todo lo que está sucediendo. Y simplemente ser Amor y Luz.
Y te aseguro que les disgustarás, porque no entienden cómo ellos están tan desesperados y tú estás en equilibrio. Pero, ¿cuánto tiempo llevas de camino? ¿Cuánto tiempo llevas atravesando tus propios desequilibrios? Así que hoy has aprendido a alcanzar el equilibrio del Amor y la Luz.
Muchos no alcanzarán el equilibrio. Continuarán sus caminos; no aquí, en otro orbe. Muchos casi llegarán. Pero como hemos dicho, nada será en vano. Cada paso dado hacia adelante, con conciencia, es un paso hacia la evolución, que solo se pierde por algún acto fallido de nuevo. De lo contrario, nunca se pierde.
Así que la gran lección de hoy es ser quien siempre has sido. No reflejes a nadie más. No quieras ser nadie. Sé quien eres. El concepto de bien o mal no existe para nosotros. Existe el camino, la determinación, la entrega; el Amor puesto en el momento. Eso es lo que nos importa. Eso es lo que importa para tu evolución.
No intentes seguir los pasos de otro. Recuerda siempre esto: ¿Quién te trajo a este momento? Fuiste tú; con tus elecciones, a veces acertadas, a veces equivocadas, pero fueron tus elecciones, tu forma de ser, las que te trajeron a este momento. ¿Por qué cambiar? ¿Vas a arriesgarte? Sé lo que siempre has sido.
Por supuesto, siempre tienes ese…, «Oh, ¿puedo mejorar?» Muy bien. Mejora, pero para ti. Para que te sientas mejor, no para igualarte a la otra persona. Siempre puedes intentar ser mejor, y será bueno para ti, pero sin seguir los pasos de la otra persona. Sé lo que siempre has sido. Sé tu alma. No cambies por la otra persona. Continúa tu camino. Está funcionando, ¿verdad? Te ha traído hasta aquí. Así que sigue adelante. Puede que incluso te lleve más tiempo; no importa. Este eres tú. No cambies. Sé consciente de ello.
Para el Código de Luz de hoy, di las siguientes frases:
«Soy un ser poderoso.
Soy capaz de comprenderme a mí mismo.
Soy capaz de hacerme evolucionar.
Y sigo mi camino, a mi manera, con mucho Amor y mucha Luz».
Luego di esta palabra tres veces:
¡Solatrama! ¡Solatrama! ¡Solatrama!
Hay un número inconmensurable de nosotros en el planeta. Si quieres sentir nuestra presencia, solo tienes que pensar en el Sol, e inmediatamente estaremos a tu lado, ayudándote a elevar tu vibración, a tener fuerza, coraje y, sobre todo, a seguir creyendo en ti mismo, sin ninguna interferencia de los demás.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
